book#1 inmotion

dancemaker - natalia casais        

 

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El libro fotográfico: “In Motion” fue el comienzo de un trabajo de investigación desde y en la fotografía sobre la determinación del campo de la mirada (escópico) y su diferencia con el campo del ojo, introduciendo los aportes de J Lacan, Hanson y M Ponty a dichas nociones.

Articulando el área teórica con la experiencia fotográfica de estudio, se suma el concepto: “Cyborg” (máquina fotográfica-cuerpo físico) como un no-uno que no es ni uno, ni humano ni máquina, ni hombre ni mujer, desde la perspectiva de autoras como Donna Haraway

“…No hay sustancia, ni cuerpos, ni materialidad en el horizonte fotográfico. La mirada crea cuerpo y lo desorganiza en meros y erógenos encantos…”

Libro: In Motion / Eduardo del Burgo. – Edición bilingüe: español, inglès
Papel Obra Chambril 150grs –
Tapa dura Entelada; Cuño seco, bajo relieve en frente y lomo
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
189 pàginas – 27 x 19 cm

Fotògrafo / Photographer  Eduardo del Burgo
Bailarina / Dancer  Natalia Casais
Textos / Texts  Fabiana Barreda  Natalia Casais  Eduardo del Burgo
Diseño Gráfico / Graphic Design  Elisa Smalinsky

En movimiento incorporal
Natalia Casais

Como en el espejo, en la cámara se reúnen en un entero ilusorio los fragmentos erráticos de lo que el sentido común designa como cuerpo. Así, convencidos de este cuerpo del acuerdo común, podríamos partir de la observación de las imágenes para poner atención, por ejemplo, en la materialidad de un esternón que recibe la espiral de la columna vertebral y lo orienta hacia arriba; en dos ojos direccionados asimétricamente hacia la izquierda con una leve inclinación hacia abajo; o en un tronco paradojalmente delgado y henchido en un contacto amplio con el suelo que lo sostiene y empuja resistiendo a la gravedad.

No obstante, si acaso fuera cierto que en estas fotos hay cuerpo, seguramente no es aquel del torso, los huesos, los órganos, ni siquiera el de la piel.

En un esfuerzo enrevesado de los sentidos que en cada fotografía se palpe ese inaprensible efecto que suscita la avidez de una mirada deseante recubriendo un cuerpo, bañándolo en su apetito por absorber la calidad singular, la manera inimitable de cada movimiento. Que se escuche la plasticidad de un cuerpo en su afán de articularse en consonancia con la gramática de las letras que lo convocan y lo convocaron, su intento de elastizarse para propagar infinitamente el eco de los rasgos distintivos, las ligeras fluctuaciones y los matices de aquellas voces que lo nombran y que, sin duda, alguna vez también lo nombraron.

Este trabajo, su marcha, su evolución y su subsistencia, no hace más que refrendar el acontecimiento de una convergencia incorporal. Celebra un encuentro sobrenatural, artificial; una misteriosa reunión de afinidades. Al dar sustancia al mínimo detalle genera la interlocución entre dos modos de abordar al cuerpo en su desborde de lo somático, en su exceso de lo natural. Mi amor y mi gratitud inagotable a Eduardo por ofrecerme su mirada amorosa, a la vez honda y sutil.

In incorporeal movement
Natalia Casais

As in the mirror, in the camera, the erratic fragments of what common sense designates as ‘body’ gather in an illusory whole. So convinced of this body of the common agreement, we could depart from the observation of the images to focus, for example, on the materiality of a sternum that receives the spiral of the spine and directs upwards; on two eyes oriented asymmetrically to the left with a slight downward tilt; or on a paradoxically thin and bloated trunk in a wide contact with the ground that supports it and pushes it up resisting gravity.

However, if it happens to be true that there is a body in these photos, surely it is not that of the torso, bones, organs; not even that of the skin.

In a convoluted effort of the senses, we should touch, in every photograph, the elusive effect aroused by the eagerness of a desiring gaze coating a body, covering it in its appetite for absorbing the unique quality, the inimitable manner of each movement. We should hear the plasticity of a body in its quest to articulate in line with the grammar of the letters that now call it and also once called it, its attempt to stretch to infinitely spread the echo of the distinctive features, slight fluctuations and tones of those voices that name it, and certainly once also named it.

This work, its progress, its evolution and subsistence merely endorses the event of an incorporeal convergence. It celebrates a supernatural and artificial encounter, a mysterious meeting of affinities. By giving substance to the minimal detail, it creates an interlocution between two ways of approaching the body in its overflowing from the somatic, in its excess from the natural. My love and endless gratitude to Eduardo for offering me his loving gaze, deep and subtle at the same time.

La Luz como Cuerpo
Fabiana Barreda

“Destellos de movimientos”

En esta obra visual el cuerpo expande la energía de la potencia sensual de Eros, esa energía vital que rige nuestra existencia.

Se inicia la pieza con la secuencia infinita del cuerpo, el movimiento como extensión de las huellas de la materia: Muybridge, Méliès y Bergson se dan cita y el halo blanco de una bailarina emergiendo en el espacio atraviesa la cartografía física y da inicio al dibujo coreográfico.

La fotografía como lenguaje se abre a través del autor a su máxima belleza, el cuerpo es un ritual íntimo de conexión entre el fotógrafo y su musa, ese encuentro crea un instante donde la perfección del movimiento queda como impronta en la imagen.

La luz es la primera protagonista, la flotación y el rastro lumínico del movimiento crea una atmósfera mística, aérea, evanescente.

El salto al vacío, un campo potencial de vectores comienza a trazarse y la cámara abre el campo visual.

Desnuda su aura, queda emanando en los bordes de su cuerpo.

Un infraleve.

Barthes, Kertèsz, Duchamp y Duane Michals indagaron la inmaterialidad física del cuerpo y a su vez la refracción sensual de lo corpóreo delineándose en el espacio.

Como en lo cuadros de Klimt la cabellera crea un eco de los movimientos físicos, negro sobre negro, su cabello brilla en la oscuridad.

Nan Goldin y Francesca Woodman indagaron sobre la esencia femenina y el cuerpo, al igual que ellas en estas secuencias de imágenes la sensualidad y la delicadeza se fusionan.

El origen de la vida, su gestación, fusionados a la presencia de lo natural como hábitat del cuerpo.

Un clima onírico surreal se activa en las imágenes, las hojas, el árbol, los animales, el bosque.

Mutar la piel, moverse con el viento, sentir las nervaduras de las hojas, su savia.

Una alquimia física. Pina Bausch, Sasha Waltz, Martha Graham, Isadora Duncan, coreógrafos del NDT de Amsterdam son algunos de los pensadores del cuerpo en la danza, aquellos que en la contemporaneidad crearon otro paradigma del sujeto y su corporalidad. Esa investigación de la morfología del movimiento se propone en estas imágenes, esa exploración entre el bailarín, el retrato en su intimidad en la búsqueda de los nuevos límites del cuerpo como territorio expresivo.

La gravedad y lo óptico. La magia de la cámara como retrato del fotógrafo e inclusión del campo escópico, aparece como doble realidad.

Múltiples puntos de vista van construyendo y deconstruyendo el plano a lo largo de todo el libro.

El recorrido de la cámara de lo cenital al horizonte, de la textura de la nuca al ras del piso, de la tierra al cielo siguiendo una tesis sobre el erotismo como una hipótesis ocular.

Trasmutación y sensualidad se manifiestan en esta obra.

Esta pieza fotográfica es la materialidad de ver el proceso creativo, íntimo entre dos artistas, cuya intensidad y desarrollo temporal crean una nueva metáfora sobre la creación.

El cuerpo, la tesis carnal y mística, esta energía incontrolable frente a la normativa, comienza a renacer una y otra vez en el sonido del disparador, en el aura mágica de la luz, en la intensidad erótica del cuerpo entregado a su potencia expresiva.

Tocar la luz con el sonido y sentir la fuerza mágica del dibujo corpóreo en la música, con el escenario-estudio como nuevo dispositivo poético.

Light as a body
Fabiana Barreda

“Flashes of movements”

In this visual work the body expands the energy of the sensual power of Eros, that vital energy that rules our existence.
The piece begins with the infinite sequence of the body, movement as an extension of matter traces: Muybridge, Méliès and Bergson come together and the white halo of a dancer emerging in space goes through the physical cartography and begins the choreographic drawing.
Photography as a language opens up through the author to its maximum beauty, the body is an intimate connecting ritual between the photographer and his muse, that encounter creates an instant in which perfection of movement remains as an imprint on the image.
Light is the main character, flotation and light trails in movements create a mystical, aerial, evanescent atmosphere.
The leap into the void, a potential field of vectors begins to be drawn and the camera opens its visual field.
Naked, an aura keeps emanating on the edges of the body.
An infra-thin.
Barthes, Kertèsz, Duchamp and Duane Michals inquired into the physical immateriality of the body and, at the same time, into the sensual refraction of the corporeal outlining itself in space.
Just as in Klimt’s paintings, the hair creates an echo of the physical movements, black on black, her hair glows in the dark.
Nan Goldin and Francesca Woodman researched into the feminine essence and the body; just like them, in these sequences of images, sensuality and delicacy merge.
The origin of life, its gestation, fused with the presence of the natural as the body`s habitat.
A surreal dreamlike climate is activated on the images, leaves, the tree, animals and the forest.
Shedding the skin, moving along with the wind, feeling the veins of leaves, its sap.
A physical alchemy. Pina Bausch, Sasha Waltz, Martha Graham, Isadora Duncan, NDT choreographers in Amsterdam, are some of the thinkers of the body in the field of dance, those who in contemporary times created another paradigm of the subject and its physicality. That research on the morphology of movement is proposed in these images, that exploration between the dancer, an intimate portrait in the search of the new limits of the body as an expressive territory.
Gravity and the optical. The magic of the camera as the portrait of the photographer and the inclusion of the scopic field appear as a double reality.
Multiple points of view construct and deconstruct the shot throughout the whole book.
The route of the camera from a bird’s-eye view to the horizon, from the texture of the nape to floor level, from earth to heaven following a thesis of eroticism as an ocular hypothesis.
Transmutation and sensuality are shown in this work.
This photographic piece is the materiality of seeing the creative process, intimate, between two artists whose intensity and temporal development produce a new metaphor about creation.
The body, the mystic and carnal thesis, this uncontrollable energy against the rules starts to reborn again and again with the sound of the shutter, in the magical aura of light, in the erotic intensity of the body devoted to its expressive power.
Touching light with sound and feeling the magic force of the corporeal drawing on music, with the stage-studio as a new poetic device.